miércoles, 18 de enero de 2012

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

El concepto educación denota los métodos por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales emocionales, morales y sociales de la persona. El trabajo educativo se desarrolla por un profesor individual la familia, la iglesia o cualquier otro grupo social. La educación formal es la que se imparte por lo general en una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres que están profesionalmente preparados para esta tarea.

Dilthey agrega al respecto…. La educación no puede ser considerada como un hecho primario, sino más bien precede de una organización determinada de la cultura a todo influjo consciente sobre la generación en desarrollo. Por lo tanto lo primario es una constitución determinada de la vida del pueblo, de la que surgen las condiciones, las necesidades y los ideales; con estos tres factores se constituye una educación determinada los sistemas educativos presentan, en su devenir histórico, movimientos de avance y retroceso, que pueden ser puestos, al menos en cierto grado, en función de variables del contexto donde nos situemos. De esta manera, a través de las distintas épocas, pueden encontrarse cambios y desarrollos en la institución educación. En tal sentido, Dilthey en su historia de la pedagogía dice: los sistemas de enseñanza se desarrollan con el progreso de las ciencias; si se apoyaran únicamente en estas crecerían incesantemente con ellas. Sin embargo advierte, este no es el caso: … la educación depende de un segundo factor, el estado cultural de una generación determinada.

 Entonces, queda expresado que factores tales como la situación histórica y cultural, la estructura social, política y económica influirán sobre la educación. Se puede decir entonces, que en lugar determinado, la educación será más o menos adecuada, de acuerdo a los condicionantes circundantes que existan en torno a ella.


Los primeros sistemas de educación

 Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes, enseñaban religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no solo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India, la mayor parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confusio, Lao-tsé y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para puestos importantes en el gobierno.

Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron muy ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música. La biblia y el talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Así el talmud animaba a los padres judíos a enseñar a sus hijos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad, la religión sienta aun las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela.


Tradiciones básicas del mundo occidental.

 Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isocrates, fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del estado y la sociedad. En los siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico. En el periodo helenístico, las influencias griegas en la educación se transmitieron en primer lugar por medio de los escritos de pensadores como Plutarco, para quien el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos era el más esencial punto de referencia.

 La educación romana, después de un periodo inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas. Los romanos consideraban la enseñanza de la retórica y la oratoria como aspectos fundamentales. Según el educador del siglo I Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía desarrollarse desde el estudio de la lengua, literatura, filosofía y las ciencias, con particular atención al desarrollo del carácter. La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno. Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedralicias se fundaron durante los primeros siglos de influencia cristiana. La base de los conocimientos se centraba en las siete artes liberales que se dividían en el trívium (formado por gramática, retorica y lógica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de libros de texto para los escolares por autores como el escritor latino Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro y el eclesiástico san Isidoro de Sevilla quienes expandían el conocimiento más que introducir nuevos conocimientos.


La edad media

 En el Occidente europeo en el siglo IX Carlomagno reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VIII y el XI la presencia musulmana en la península Ibérica hizo de Córdoba, la capital del califato omeya, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y las matemáticas. También Babilonia había tenido academias judías durante muchos siglos Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje; otros centros de cultura musulmana se establecieron en la universidad de AL Qarawiyin, en Fez en el 859 y la universidad de Al-Azhar, en el Cairo.

 Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El Escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles como Anselmo de Canterbury quien defendía que solo las ideas eran reales; Roscelino de Copegne enseñaba el nominalismo, doctrina según las ideas universales son flatus vocis y solo las cosas concretas son reales. A lo largo de este período los principales lugares para aprender eran los monasterios, que mantenían en sus bibliotecas muchos manuscritos de la cultura clásica anterior. Las universidades del norte, como las de París, Oxford y Cambridge eran administradas por los profesores; mientras las del sur, como la de Bolonia o Palencia y Alcala en España, lo eran por estudiantes. La educación medieval también desarrollo la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.

 En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos promovieron la educación dentro de sus propias comunidades e intervinieron como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado en la época.


Humanismo y renacimiento

El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llego a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos de los profesores de la lengua y literatura emigraron desde Constantinopla a Italia. El espíritu de la educación durante el renacimiento está establecida por Vittorino da Feltre y Guarino Veronese en Mantua (1425), en sus escuelas introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. Entre otras personalidades que contribuyeron a la teoría educativa se encuentra Erasmo de Rotterdam, Johannes Sturm, Michael de Montaigne y Luis Vives. En este periodo se enseñaba la gramática latina que originadas en la edad media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538) en México y en Lima (1551).


Protestantismo

Las iglesias protestantes surgidas en la reforma promovida por Martin Lutero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental, y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria. En Suiza Juan Calvino en la academia en Ginebra en 1559.

 La iglesia católica

 Los católicos también siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la contrareforma. Esa síntesis se realizaba en los centros de la compañía de Jesús, fundada por el religioso español san Ignacio de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III. Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promoviendo un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI: la llamada Ratio Studiorion, que después cambiarían las escuelas Pías de san José de Calasanz.

 Desarrollo de la ciencia en el siglo XVII

 El siglo XVII fue un período de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias. El hospital de Cristo de Londres fue la primera escuela de secundaria en enseñar ciencia en cierto grado de competencia. En el siglo XVIII la escuela de Moscú de navegación y matemáticas sirvió como modelo para el establecimiento de la primera escuela secundaria en Rusia. La importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del siglo XVI Francis Bacon, quien fundamento los procesos del aprendizaje en el método inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a conclusiones acerca de lo observado.

Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia influencia. WOlfgang Ratke inició el uso de nuevos métodos para enseñar más rápidamente la lengua vernácula, las lenguas clásicas y el hebreo. René descartes, el filósofo francés subrayo el papel de la lógica como el principio fundamental del pensamiento racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad como base de la educación en Francia. El poeta inglés John Milton propuso un programa enciclopédico en educación secundaria, apoyando el aprendizaje de la cultura clásica como medio para potenciar la moralidad y completar la educación intelectual de las personas. El filosofo John Locke recomendaba un currículo y un método de educación (que contemplaba la educación física) basado en el examen empírico de los hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En algunos pensamientos referidos a la educación (1693), Locke defendía un abanico de reformas, y ponía énfasis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de los libros, defendiendo los viajes y apoyando las experiencias empíricas como medio de aprendizaje. La doctrina de la disciplina mental, es decir, la habilidad para desarrollar las facultades del pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y de la refutación de falacias, propuesta a menudo atribuida a Locke, tuvo una muy fuerte influencia en los educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador Francés san Juan Bautista de la Salle, fundador del instituto de los Hermanos de la escuelas Cristianas en 16584, estableció un seminario para profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática.

Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. En su Didáctica magna (1628-1632) subrayo el valor de estimular el interés del alumno en los procesos educativos y enseñar con múltiples referencias a las cosas concretas más que a sus descripciones verbales. Su objetivo educativo podría resumirse en "enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por el desarrollo de la educación universal le valieron el título de ”maestro de naciones”.


El siglo XVIII

Durante el siglo XVIII en Rusia empezó la educación formal con Pedro el grande, al final del siglo se fundaron en Inglaterra las escuelas del domingo por Robert Ralkes para beneficio de los muchachos pobres y las clases trabajadoras. Durante el mismo período se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de personas podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas.

El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jaques Rosseau. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. En Emilio insistió en que los alumnos debían ser tratados como adolescentes más que como adultos en miniatura y que se debía atender la personalidad individual. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños, las niñas debían recibir una educación convencional.


El siglo XIX y la parición de los sistemas nacionales de escolarización

El más influyente seguidor de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. Su principal objetivo era adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este propósito consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos). Otro influyentes fueron Friedrich Froebel, que introdujo los principios de la psicología y la filosofía en la ciencias de la educación, Herbert Spencer, que defendía el conocimiento científico como el tema más importante a enseñar en la escuela; Francisco Giner de los Ríos y Nikolai Grundtvig, que establecieron ideas pedagógica que fueron la base para la ampliación de la educación secundaria a toda la población.

El siglo XIX fue el período en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, España y otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomo las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno.


Siglo XX la educación centrada en la infancia

A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influenciada por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la historia y había aparecido de diferentes formas en diversas partes del mundo, como la institución Libre de Enseñanza en España. Entre los educadores se encuentran Hermann Lietz y Georg Kerschensteiner, Bertrand Russell y María Montessori.

El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas de Asia y África. La educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela. En orden a promover la educación en todos los niveles, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realiza campañas de alfabetización y otros proyectos educativos orientados a que ningún niño en edad escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta. Pretendiendo así acabar con el analfabetismo.

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